domingo, 26 de mayo de 2013

¿Tienes HAMBRE EMOCIONAL?

Según muchos expertos que he estudiado últimamente,los factores psicológicos son los culpables de determinadas conductas que favorecen ganar de peso o no poder perderlo. Así, según Judith Rodin, el 95 % de los casos de exceso de peso no son atribuidos a una causa orgánica; Saldaña y Rosell afirman que existen pruebas de que la obesidad y el sobrepeso tienen que ver más con el ambiente que con la herencia.

No comemos sólo para satisfacer una necesidad básica, sino que en muchos casos se come por el placer de hacerlo o como mecanismos para controlar emociones. Los factores culturales y psicosociales  conducen a las personas a satisfacer sus necesidades emocionales y de autoestima a través del consumo excesivo de alimentos. Comer carbohidratos produce serotonina... 

¿Por qué se siente la fuerte necesidad de comer?

No hay una única causa que lleve a una persona a abusar de la comida. Detrás de la ingestión descontrolada de alimentos pueden encontrarse recuerdos infantiles de rechazo, sentimientos de soledad y otros múltiples problemas emocionales.

Cuando sentimos ansiedad, estrés, insatisfacción o alguna necesidad no cubierta, nuestro cuerpo nos pone en alerta, produce cortisol y adrenalina y se prepara para quemar calorías extra, entonces sentimos la necesidad de comer para reponer el gasto energético y para generar reservas suficientes, de manera que el cuerpo pueda reaccionar apropiadamente en cualquier momento. Cabe esperar que, al comer, nos sintamos satisfechos, sin embargo, si la inseguridad y la tensión persisten, el cuerpo constantemente enviará el mensaje de necesidad de comida. Es una forma de estar bien protegidos. (¿? je je je)

¿Cómo controlar la necesidad de comer impulsivamente?


Decir a una persona obesa o con sobre peso y con problemas emocionales que no coma o que se controle es contraproducente porque puede aumentar la tensión y el estrés. Lo que hay que hacer es determinar la causa de la ansiedad o de la inseguridad y abordarla. Como siempre digo en mis Grupos Psicoterapéuticos para Dependientes Emocionales: TRABAJEMOS EN LA CAUSA, NO EN LA CONSECUENCIA. O MEJOR AÚN, ¡TRABAJEMOS EN AMBAS! 

Tener una vida social satisfactoria, conocernos a nosotros mismos y aprender técnicas de meditación y autocontrol nos ayudará. Pero para muchos de nosotros no será fácil y se necesitará la ayuda de profesionales. Te invito a que te unas a nuestro Grupo Psicoterapéutico H.E. (Hambre Emocional) para trabajar complementariamente a un tratamiento con nutriólogo. 

viernes, 24 de mayo de 2013

¿OBESIDAD EMOCIONAL? ¿QUÉ ES?

Hola, tod@s hemos escuchado historias de personas que hacen todas las dietas posibles y no bajan nada. Esa prima de una amiga que ha intentado también todos los tratamientos que hay a su alcance porque quiere quitarse esos kilitos de más y solo logra gastar dinero sin resultado. ¿Les suena? ¿A qué se deberá?
Bueno, pues una de las causas puede ser la llamada “obesidad emocional” que, según todos los expertos que he estudiado en estas últimas semanas para tener mayores elementos para mis Grupos Terapéuticos de Hambre Emocional, que recientemente he abierto en el Centro VL, es una de las principales barreras para lograr bajar de peso. 
La obesidad emocional, como su nombre lo dice, tiene su origen en nuestras propias emociones, sobre todo las malas, esas que nos llevan a deprimirnos, a tener una autoestima baja y que nos llevan a comer o a posponer el vivir en el cuerpo que deseamos tener.
Estamos a dieta o cuidando nuestra alimentación y ¡zaz!, pasa algo que nos hace sentir mal y lo primero que pensamos en ir por un pastelito de chocolate, lo merecemos, ¡necesitamos un apapacho! 
Y nos consolamos con una galletita (mis preferidos son los bisquets), una cajita de cholates, medio bote de helado, o ya de perdida unas palomitas con caramelo, ¿¿¿verdad Vivi???
Este “consuelo” puede aplicar para cuando algo no salió bien en la escuela o en el trabajo, o cuando te subes a la báscula y te das cuenta que no estás bajando el peso deseado, o cuando te dejó tu pareja, también si ese día en especial te sentiste torpe o simplemente no te gustaste al verte al espejo. Cualquier cosa que haga aflorar malas emociones o sentimientos es válida para correr por un “shoot” de carbohidratos que te haga sentir mejor o -al menos- menos mal, lo malo es que el “levantón” es momentáneo y seguro vas a necesitar más y más para estar un poco mejor.
¿Qué hacer para no caer en esta trampa? Bueno, lo primero será que identifiques estos momentos en tu vida y trates de evitarlos. TRABAJA EN LA CAUSA... NO EN LA CONSECUENCIA.
Intenta diferenciar cuando es hambre física y cuando es hambre emocional, ELIGE CONTACTARTE con tu cuerpo y con tus emociones a la hora de sentir un simple antojo o bien sea que de verdad tengas hambre, son cosas muy distintas.
Regularmente los antojos están más relacionados con malas emociones y lo sabrás porque al tiempo que tienes las ganas enormes de un pastel, también estás MAL EMOCIONALMENTE.
Si por más que tratas no puedes con esto, lo mejor será que acudas con un psicólogo o terapeuta que te ayude a ir sanando tu interior. De nada va a servir que acudas con un nutriólogo y hagas todas las dietas del mundo si tu alma tiene por ahí alguna herida, algo que te hace acudir a la comida para intentar sanar. LO MEJOR SERÍA HACER QUE AMBOS TRABAJARAN EN CONJUNTO. COMO LO HAGO YO COMO PSICÓLOGA CON MI HIJA GABBIE, QUE ES NUTRIÓLOGA.
Te espero en uno de mis grupos... la primera sesión es Gratis.
http://www.vivirlibre.org/minutriologa/hambre_emocional.html